Ahora que las quejas, denuncias y confesiones de las presiones del ex gobernador Javier Corral para descarrilar a Maru Campos y los panistas afines a ella, Carlos Olson San Vicente, es uno a los que le tiemblan las corvas, porque ya no tardan en sacarle toda la operación de espionaje que él mismo orquestó para ayudar a su padrino, jefe y entonces mecenas, desde Palacio de Gobierno.
El hoy diputado, sabe que goza del fuero, pero eso no lo blinda de las consecuencias políticas que esto le puede acarrear, sobre todo porque en este momento se encuentra en medio de los panistas que él tanto odió y que atacó sin piedad, sin imaginarse que pronto serían ellos los que asumirían el poder.
Olson San Vicente, piensa que por tirarle dos o tres latigazos a Javier Corral o a Gustavo Madero, se salvará de ser medido con la misma vara que él midió, pero es obvio que no, y eso lo pudimos constatar cuando por un simple berrinche del otro traidor que también operó para joderse a Maru, Luis Aguilar, lo despojaron de la Comisión de Presupuesto y Hacienda en la torre legislativa.
Para su mala suerte, él ha venido traicionando sólo para protegerse, pero no se dio cuenta que fue justo esa actitud de Judas, la que he hundido a sus padrinos.
Autor: Alfredo Sáenz
