El premio de consolación para Ariel Fernández

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Opinión.-

 

Ariel Fernández, el niño operador del PRI y del PVEM, no le bastó con el ridículo que hizo durante su incursión electoral por la dirigencia estatal del PRI.

 

Pobre iluso, pues ahora, no sólo perdió la dirigencia, sino que tuvo que aceptar el premio humillante de consolación, es decir, la secretaría del partido; pobre sujeto, ya se acostumbró a levantar migajas.

 

Dicen los que saben, que Ariel Fernández, mejor debe dedicarse a lo que sabe, es decir, a ser comparsa de los grupos de la delincuencia organizada en la región donde fue alcalde, pues de político, no tiene nada.

 

Por cierto, aún le debe a mucha gente a la que le prometió que le iba a pagar por la chamba marrana para su aspiración a la dirigencia tricolor, pero que cuando perdió, les quedó debiendo a todo mundo…en fin, rata como siempre.