Necesaria justicia para alcanzar la paz: Juan Carlos Loera

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Acude en representación del subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, César Yáñez Centeno

“La paz es fruto de la justicia”, misma que no podrá alcanzarse si no promovemos nuevas relaciones entre las personas que permitan la reconstrucción del tejido social que ha sido fragmentado de muchas maneras, sobre todo por la complicidad que existía entre el poder político y económico.

Así lo comentó el delegado estatal de los Programas para el Desarrollo, Juan Carlos Loera de la Rosa en su participación en la inauguración del VIII Diplomado Internacional de Doctrina Social de la Iglesia “Construcción de la Paz Social” llevado a cabo en Chihuahua, Chihuahua.

El delegado acudió en representación del subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, César Yáñez Centeno, quien envió su felicitación a los organizadores de este encuentro y al arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana, Monseñor Rogelio Cabrera López.

El Gobierno de México, a través de la Subsecretaría de Asuntos Religiosos, impulsa iniciativas para la construcción de la paz y la reconstrucción del tejido social en el país, articulando la participación de instituciones que como universidades, organizaciones sociales, iglesias y asociaciones religiosas, indicó.

Ejemplo de ello, dijo, es la conformación de Consejos de Paz y Reconciliación del Tejido Social que se llevaron a cabo este año en Michoacán, donde la participación de líderes religiosos fue muy importante.

La organización del diplomado está a cargo de la Academia Internacional de Líderes Católicos, Federación Internacional de Universidades Católicas, Organización de Universidades Católicas de América Latina, Universidad La Salle de Chihuahua, Conferencia del Episcopado Mexicano y la Unión Social de Empresarios Mexicanos.

El funcionario resaltó la importancia del diplomado, cuyo objetivo general es presentar, analizar y profundizar los desafíos, las condiciones y los caminos para construir y educar en la paz, a nivel personal y comunitario, a partir de la doctrina social, con énfasis en el magisterio del Papa Francisco.

Recordó las dos palabras clave que dejó el papa Francisco en su visita que hizo a Chihuahua hace siete años: Diálogo y encuentro.

“Aceptamos participar en este diplomado porque deseamos colaborar en iniciativas que buscan crear espacios de encuentro y forjar artesanos de diálogo”, resaltó.

Mencionó la importancia de que este diplomado se realiza a 60 años de la encíclica “Paz en la Tierra” que escribió el papa Juan 23 cuando ocurrió la amenaza de una guerra nuclear en 1962 por la llamada “Crisis de Misiles en Cuba”

“Hoy no estamos exentos de guerras en el mundo, de ahí la urgencia de rescatar las afirmaciones de esa encíclica”, apuntó y las enumeró:
Una: La paz sólo es posible a la luz de cuatro bienes fundamentales: La verdad, la justicia, la solidaridad y la libertad
Dos: Construir la paz significa respetar a la persona humana, especialmente a los más pobres y a los que más sufren.

Para construir la paz no puede ni debe haber ciudadanos de segunda clase, todas las personas somos iguales, especialmente las que han sido excluidas están llamadas a ser protagonistas del desarrollo.

Tres: Los caminos de paz son caminos de solidaridad porque nadie puede salvarse solo.

El papa Francisco, con quien el presidente Andrés Manuel López Obrador ha tenido profundas coincidencias, decía hace meses en su discurso anual en el Vaticano, que las crisis que sucedieron en los últimos años han puesto en evidencia los límites de un sistema económico que tiende a crear más beneficios para unos pocos, que posibilidades de bienestar para muchos.

Ha generado empresas más frágiles y mercados de trabajo injustos.

Por eso, subrayó Loera de la Rosa, es necesario dar prioridad a la empresa y al trabajo combatiendo toda forma de explotación que termina tratando a la clase trabajadora peor que mercancía.

Valoro el esfuerzo de las instituciones que organizan el diplomado “Construcción de Paz Social” porque contribuye a dialogar y a reflexionar sobre temas como la reconciliación, la geopolítica de la paz, el encuentro, la violencia, la atención a víctimas y la reconstrucción del tejido social, expresó.

Mencionó a países como Colombia y Guatemala donde los procesos de reconciliación y construcción de la paz ayudaron a disminuir la violencia.

La paz surge como resultado de esfuerzos genuinos que permiten la escucha, la capacidad de aceptar la posición de otros y nos sensibiliza ante el dolor ajeno, puntualizó.

Esta paz no se recupera, ni se reconstruye fácilmente, aclaró y coincidió con expertos en mediación de conflictos en la conveniencia de ayudar a la sociedad a imaginarse la paz. “Porque para poder crear la paz, hay que imaginarla”, enfatizó.

Loera de la Rosa refirió que para lograr la paz se requiere la participación de muchos liderazgos, tanto políticos, como religiosos y sociales.

También es necesaria la participación de las bases que llevan a cabo acciones de manera vinculada con el bien común porque el país requiere tener cohesión social, complementó.

“Necesitamos que México sea un país donde no haya necesidad de migrar para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar, donde la pobreza de muchos no sea el oportunismo de unos pocos, donde la tierra no tenga que llorar a hombres y mujeres”, resaltó parafraseando el mensaje que dejó el Papa Francisco en su visita a México.

Al acto también acudió la secretaria de Desarrollo Humano y Bien Común, Carla Rivas Martínez; el jefe del Gabinete del Ayuntamiento de Chihuahua, Arturo García Portillo; el director de la Academia Internacional de Líderes Católicos, José Antonio Rosas; el presidente del Consejo local de la Academia de Líderes Católicos de Chihuahua, Manuel Fitzmaurice Castro, y el rector de la ULSA, José Salvador Benavides Castro.